Els VIL·LUSIONISTES es una palabra que explica qué hacemos y cómo lo hacemos. Hacemos vino con visión, ilusión, y nos gusta pensar que lo hacemos añadiéndole un poco de magia.
Estamos ubicados en La Vilella Baixa, un pueblo en el corazón del Priorat al cual el escritor Josep Maria Espinàs lo llamó “Nueva York del Priorat” por la altura de sus casas.
La semilla de Els VIL·LUSIONISTES son Sergi Siuraneta y Anna Molina. El tallo, que va ramificándose, lo forman un grupo de familiares, amigos y colaboradores sin los cuales nuestro proyecto se hubiese quedado en una semilla sin germinar.
Nuestro logo es una veleta creado a partir de una golondrina. Las golondrinas son pájaros muy viajeros debido a sus migraciones, así como UNÀNIM y EQUÀNIM, que si bien anidan en El Priorat, los hemos dotado de alas porque queremos que nuestros vinos, hechos con el alma, se esparzan por todo el mundo. La veleta se mueve hacia la dirección donde sopla el viento y la hemos adoptado como nuestro símbolo porque Els VIL·LUSIONISTES producimos vino en harmonía con la naturaleza y dejándonos guiar por la naturaleza, no en contra de ella.
Els VIL·LUSIONISTES somos los creadores de los vinos UNÀNIM y EQUÀNIM. Hacemos los vinos con las uvas de nuestros viñedos en El Priorat que han pasado de abuelos a padres y de padres a hijos. A pesar de que las generaciones precedentes cuidaron la tierra con esmero y cariño, eran otros tiempos y, desgraciadamente, no se mantuvieron ajenos al boom de los pesticidas. Nosotros les estamos agradecidos por la gran cantidad de enseñanzas que nos han transmitido y, como mejora generacional, hemos introducido el cultivo ecológico, aportación que ha significado una dedicación más exhaustiva al viñedo compensada por una producción sostenible de una calidad excelente.
Nuestra filosofía es muy simple: Buscamos el equilibrio entre el egoísmo y el altruismo. Nuestro ego nos lleva instintivamente a hacer vinos que nos encantan. Nuestra parte altruista nos invita a razonar de la siguiente manera: Si nuestros vinos nos gustan mucho, existe la posibilidad de que también gusten mucho a muchas otras persones. Así pues, mientras se aplica el paradigma, no nos quedamos sentados discutiendo si teníamos o no teníamos razón, sino que nos ponemos manos a la obra, trabajando con más ilusión todavía y deseando que, cada cosecha, nuestro vinos UNÀNIM y EQUÀNIM vuelvan a ser un nexo entre vosotros y nosotros. ¡Bienvenidos a nuestro mundo y gracias por dejarnos entrar en el vuestro!